LAS NORUEGAS SE CUELGAN SU OCTAVO ORO CONTINENTAL

Finaliza la decimocuarta edición del Campeonato de Europa y el podio fue para NORUEGA, FRANCIA y CROACIA. Las nórdicas consiguen su octavo oro europeo en una final de muchos quilates ante Francia. El combinado balcánico reventó las quinielas para ponerle el broche final con la presea de bronce a un campeonato histórico que puede significar un antes y un después en el balonmano croata.

FRANCIA 20-22 NORUEGA

Los dos mejores combinados del campeonato repetían la final de hace tres años en el Mundial de Alemania, las galas defendían el cetro europeo (2018) y las noruegas querían recuperar el oro de 2016. Los primeros 30 minutos fueron de color rojo, la vestimenta escandinava hoy, que con una Solberg majestuosa (47% al descanso) y una defensa liderada por Dale y Frajford establecieron una ventaja que osciló entre los tres y los cuatro goles. Leynaud y Foppa -que hizo mucho daño en la línea continua- mantuvieron en partido y evitaron una diferencia mayor. El equilibrio apareció superado el ecuador del segundo asalto (17-17) gracias a una Darleux casi imbatible bajo palos, las nórdicas sufrieron una ‘pájara’ ofensiva debido a las numerosísimas pérdidas según su estadística. Eso junto al extraordinario avanzado desarrollado por Nze Minko y el ataque galo en 7×6, hicieron que las de Krumbholz dominasen por la mínima a siete minutos de la conclusión. Cinco últimos minutos de infarto y de pura emoción, tablas en el luminoso. Reapareció Solberg, descalificada Zaadi por tres exclusiones, dos fogonazos de Mork y Noruega retoma el trono continental con su duodécimo metal.

CROACIA 25-19 DINAMARCA

Destrozó de nuevo los pronósticos el combinado balcánico para colgarse la medalla de bronce arrasando a las anfitrionas en una segunda mitad soberbia. Nueve a uno cotizaba el triunfo de Croacia. La primera mitad, tras varias alternancias en el luminoso, finalizó con empate. La segunda reflejó el guion de Sostaric, Croacia gobernó el tempo de la contienda con una Pijevic sobresaliente bajo palos (44%). Un rendimiento colectivo altísimo que tuvo otros nombres propios como el de Jezic y Debelic (9/10 desde el pivote entre ambas) o el de Posavec, la central que revolucionó el ataque. De esta manera, con un balance de seis triunfos y dos derrotas, las croatas obtienen una medalla europea -merecidísima- por primera vez en su historia.

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